Es saludable mi relación con las comidas

Ha sido evidente vislumbrar que esta condición compromete la calidad de vida tanto en su ámbito laboral como familiar, a lo que se le suma la reducción de las expectativas de vida y su relación con otras enfermedades que se agravan o aparecen en quienes presentan una obesidad.

aaaaavivir mejorr22La obesidad se ha catalogado como uno de los principales problemas de salud pública a nivel mundial y en Chile se ha comenzado a dar la alarma sobre este problema, por lo que a nivel de gobierno se han discutido políticas y programas que permitan disminuir los alarmantes índices que revelan cada vez un mayor aumento de esta enfermedad. Uno de los últimos programas que refieren a esta problemática se ha denominado “Elige Vivir Sano”. (www.eligevivirsano.cl).

Ha sido evidente vislumbrar que esta condición compromete la calidad de vida tanto en su ámbito laboral como familiar, a lo que se le suma la reducción de las expectativas de vida y su relación con otras enfermedades que se agravan o aparecen en quienes presentan una obesidad. A pesar de su gravedad y de los estudios sobre los factores que la provocan y mantienen, las terapias para controlar el avance del problema muchas veces fracasan a largo o a corto plazo.

Históricamente la obesidad se ha basado en 2 grandes focos tales como la alimentación en bajas calorías y el inicio y mantención de actividad física, basándose en que el comer en exceso y mantenerse sedentario son los factores que causan y mantienen esta enfermedad.

En conclusión, lo anterior se refiere a que la obesidad se provocaría por un desequilibrio entre la energía que entra y lo que se gasta en nuestro organismo, donde el sobrante se deposita en forma de grasa en los tejidos del cuerpo. Si bien lo anterior es indiscutible, a través del tiempo se ha visto que muchas veces el comienzo de una alimentación o ingesta excesiva tiene que ver con estados emocionales (tristeza- alegría) y las relaciones sociales que se generan en torno a las comidas. A pesar de ello, son muchos los profesionales y las personas que buscan tratamientos basados en el consumo y gasto calórico, sin tomar en cuenta una mirada que incluya a profesionales de la salud mental, para el éxito y mantención de este tratamiento en el tiempo.

Por lo tanto, la modificación de hábitos alimentarios y la actividad física serán fundamentales para bajar y mantener un peso saludable, sin desmerecer el efecto que tienen las variables médicas, socioculturales, familiares y mentales.

Actualmente, existe variada información sobre dietas hipocalórica y ejercicios que producen una disminución evidente en el peso de personas con obesidad, el problema es que se ha visto que a lo largo de uno, tres o cinco años, casi 90 % recupera el peso con el que habían comenzado el tratamiento, e incluso lo llegan a que superar, si no consideran otros factores en sus tratamientos.

¿Qué ocurre si no tomo en cuenta los factores psicológicos en un tratamiento?

Si bien es necesario y fundamental trabajar en torno al consumo de calorías, los efectos médicos y el ejercicio; Los factores psicológicos van a precipitar y mantener las conductas de consumo exagerado de alimentos, por lo que será fundamental que se tomen en cuenta, si se pretende mantener, alcanzar o querer alcanzar un peso ideal o deseable.

Por otro lado, no se puede perder de vista que la persona con obesidad puede presentar variadas causas para su enfermedad y por lo tanto la explicación, y el abordaje de su caso no es igualable a la de otros. Es por ello que se resalta la necesidad de ingresar en un tratamiento interdisciplinario, atendiendo cada uno de los detalles que inciden en esta problemática.

¿Cuál es el objetivo de comer y qué factores influyen en mi apetito?

El objetivo de comer es disponer de la energía necesaria para movernos, manteniendo un equilibrio energético (entre lo que gastamos y lo que comemos). Lamentablemente, el equilibrio de energía no es el único mecanismo que nivela el apetito, ya que si así fuese difícilmente un ser humano llegaría a ser obeso.

Para entender como se llega a presentar un trastorno alimentario, es necesario saber sobre las condicionantes que pueden influir en la conducta alimentaria. A nivel biológico, existen mecanismos que regulan el apetito y la saciedad considerando la frecuencia, número y volumen o cantidad de cada comida. Si este mecanismo esta intervenido por factores psicológicos, emocionales y/o sociales se puede presentar un desequilibrio donde se pasa de un comer normal a uno anormal y excesivo que puede llevar a una obesidad o a un comer anormal e insuficiente que puede derivar en una anorexia.

Desde el punto de vista social, comer normal, tiene que ver con ingerir alimentos que permitan un balance energético equilibrado y que aporte los nutrientes necesarios de acuerdo a la edad y género de la persona. Además esta comida debe ser distribuida regularmente durante el día de acuerdo a las normas culturales, considerando también que tanto el comer alimentos, como la relación que se genera con ellos, se debe caracterizar por ser placentera o agradable.

¿Cómo saber si mi relación con la comida es sana?

Como se ha revisado anteriormente la comida tiene un objetivo a nivel biológico, pero ¿qué papel juegan las emociones, la sociedad y como sé si esto se considera sano?

Primero debemos preguntarnos si al comer existe una sensación de agrado que se mantiene o esta se quiebra posteriormente por un sentimiento de disgusto o de culpa. Será entonces, de preocupación cuando exista una sensación de incomodidad que se presente regularmente al momento de comer algún alimento. Por otro lado no se puede dejar de tener en cuenta las situaciones que facilitan un aumento en el consumo de alimentos, ya que esto tiene que ver tanto con presiones sociales (comer por que todos lo hacen, comer para que el otro no sienta rechazo, comer por que hay que hacerlo) como emocionales (comer por estrés, ansiedad, angustia, pena, alegría).

En segunda instancia se debe considerar la cantidad y regularidad en la que se ingieren los alimentos. Si estos son en una mayor cantidad o calorías que lo que come la mayor parte de las personas o si además se hace con mucha mayor rapidez que lo que lo haría la mayoría de las personas en la misma cantidad de tiempo, entonces estamos frente a una conducta de comer anormal que facilitaría el inicio y mantención de la obesidad.

También será fundamental saber si se está comiendo hasta sentirse desagradablemente lleno o si come una gran cantidad de comida a pesar de no tener hambre y/o si intenta comer a solas para esconder su apetito o voracidad, evitando de esta forma que lo juzguen o que se sienta avergonzado por la conducta que presenta.

Finalmente si al recordar esta situación Ud. siente un profundo malestar por la conducta que tuvo al comer, debe considerar que será beneficioso preguntar a un especialista para aminorar esta situación que finalmente puede derivar en problemas o enfermedades en el ámbito psicológico y físico, que además favorecerán el aumento y mantenimiento del peso, pudiendo derivar y/o agravar una Obesidad.